Hoy quiero nuevamente una cita para María.
Celebro el centenario (y es que hoy necesito celebrar algo) de Pablo Neruda (en realidad Ricardo Neftalí Reyes). Famoso entre los enamorados teniendo 20 citas obligadas, algún otro cantará esa canción desesperada.
Pero mi cita es para su Caminando, «Walkin arround», tomado de su Residencia en la tierra.
Sucede que me canso de ser hombre.
Sucede que entro en las sastrerías y en los cines
marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro
navegando en un agua de origen y ceniza.
El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos.
Sólo quiero un descanso de piedras o de lana,
sólo quiero no ver establecimientos ni jardines,
ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.
Sucede que me canso de mis pies y mis uñas
y mi pelo y mi sombra.
Sucede que me canso de ser hombre.
Sin embargo sería delicioso
asustar a un notario con un lirio cortado
o dar muerte a una monja con un golpe de oreja.
Sería bello
ir por las calles con un cuchillo verde
y dando gritos hasta morir de frío.
No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,
vacilante, extendido, tiritando de sueño,
hacia abajo, en las tripas mojadas de la tierra,
absorbiendo y pensando, comiendo cada día.
No quiero para mí tantas desgracias.
No quiero continuar de raíz y de tumba,
de subterráneo solo, de bodega con muertos
ateridos, muriéndome de pena.
Por eso el día lunes arde como el petróleo
cuando me ve llegar con mi cara de cárcel,
y aúlla en su transcurso como una rueda herida,
y da pasos de sangre caliente hacia la noche.
Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas,
a hospitales donde los huesos salen por la ventana,
a ciertas zapaterías con olor a vinagre,
a calles espantosas como grietas.
Hay pájaros de color de azufre y horribles intestinos
colgando de las puertas de las casas que odio,
hay dentaduras olvidadas en una cafetera,
hay espejos
que debieran haber llorado de vergüenza y espanto,
hay paraguas en todas partes, y venenos, y ombligos.
Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos,
con furia, con olvido,
paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia,
y patios donde hay ropas colgadas de un alambre:
calzoncillos, toallas y camisas que lloran
lentas lágrimas sucias.
Extremoduro en su mejor disco (aunque no siempre mi preferido) empezaba así uno de sus temillas. A otros muchos también les debemos el lirismo de sus versos como (escribo de memoria así que no sé si yerro) Victor Jara, Mercedes Sosa, Paco Ibañez...
Te lo contó el Jio en ese rato: 12 de Julio 2004 a las 05:08 PM
| TrackBackempiezo el post con un título que es un verso de nacho vegas.
hoy me siento como alguna de sus canciones también...
bueno... :)
:) Qué bonito
Delicioso el título y delicioso el poema.
*una sonrisa y un abrazo
Me encanta Jio, este no lo había leído, pues yo soy de esos de "los 20". ¿Has leído "Hojas de Hierba" de Walt Witman?. Me llegaron al alma muchos de sus poemas. Es una lástima no poderlas leer en inglés (aunque lo puedo hacer, mi nivel no llega para tanto)
vaya, gracias por aquí... :)
si hermes, tengo algo de whitman, y no, no lo he leído en inglés... aunque he leído a los románticos en inglés.
bueno, gana la fonética pero entiendo la mitad... con la poesía estoy estoy bastante encadenado al ("traductor-traidor") español.
lo malo de estar disfrutando a tope del verano es no poder pasarme por aqui a diario como antes....espero que estes bien ;) besos veraniegos!
Sucede que me canso de ser hombre,
Sucede que me canso de mi rostro, de mi cara.
Sucede que se m'alegrao el día,
Al ver en tu ventana al sol tendidas tus bragas.
(Creo que Rober Iniesta empezaba así... la canción de Extremoduro a la que te referías...)
Sabía que venía de un poema reconocido, pero no localizaba cual... gracias.
Fernando,soy una fan de extremoduro desde que soy pequeña y la cancion no es asi.Empieza asi:
"Sucede que me canso de ser hombre,hombre !
sucede que me canso de mi piel y de mi cara,
sucede que se me alegrado el dia,coño,
al ver al sol secandose en tu ventana tus bragas.